jueves, 30 de junio de 2011

Los venerables restos de los héroes en la Colegiata de Guadalupe.


No queda claro el día en que llegaron los restos a la villa de Guadalupe, quizá fue el 10 o el 11 de septiembre de 1823. No se menciona en los documentos cuando fue la fecha exacta de esta recepción, solo se dice que fueron del 12 al 15 cuando estuvieron en el Santuario más conocido y respetado de todo México. En buena forma se estaba cerrando ese círculo emblemático, el simbólico que el ejército Insurgente decidió utilizar: el de Nuestra Señora de Guadalupe, estandarte que, desde el 16 de septiembre de 1810 se utilizó como bandera del movimiento de liberación. Ahora estaban ya los restos de Hidalgo seguramente en el altar mayor de la que conocemos como la Antigua Basílica y esperarían allí hasta el 15 en que llegan los restos de José María Morelos y a todos juntos les es ofrecida una misa especial.


"El acervo histórico documental (AHBG) resguardado cuidadosamente en la Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe, conserva valiosos expedientes relacionados con hechos esenciales que han marcado la vida histórica de nuestro país. Entre ellos se encuentran las ceremonias luctuosas a los Insurgentes, celebradas entre el 12 y 15 de septiembre de 1823, en la Colegiata de Guadalupe, cuando se recibieron sus restos para ser trasladados solemnemente a la ciudad de México..." (1)

"En la mañana de ayer llegaron los venerables restos de Morelos a Guadalupe; serían las 12 y media cuando entraron en la Villa y se presentaron a la Colegiata. Acompañábanlo tres músicas de indios de diversos pueblos, y en vez de cánticos y músicas lúgubres, tocaban Walses y sones alegres. ¿Quién oyendo a estos hijos de la naturaleza explicarse de este modo, no auguraría que hacían coro con la música agradable que recreará el olvido en la región de la paz a aquel hombre magnánimo que tanto amó en vida a los hijos de Anáhuac y que con tanta usura correspondieron a su cariño? (2)

De la ceremonia litúrgica celebrada en la Basílica se encargo el Abad de la misma, Domingo Hernández, quien desde el 9 de agosto, había sido notificado, así pues tuvo poco más de un mes para hacer los arreglos correspondientes. Se dice que el prebendado José Leonardo Alarcón hizo una relación detallada de lo acontecido al que era el alcalde de la ciudad de México, Molinos del Campo; será bueno encontrar ese documento para saber la magnanimidad de las funciones celebradas en la Villa de Guadalupe.



Fuentes:

1.- Soto Balderas, Ma. del Carmen. Presencia de los héroes de la Independencia de México en la Colegiata de Guadalupe. Sitio electrónico de la Basílica de Guadalupe.


http://www.boletinguadalupano.org.mx/boletin/cultura/heroes.htm

2.- Bustamante, Carlos María. Diario histórico de México. Primera edición arreglada por Elías Amador. Tip. de la Escuela de Artes y Oficios de la Penitenciaría, a cargo de J. Ortega. Zacatecas, 1896

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